Actividades de SIPAZ (Noviembre de 1998 – Enero de 1999)
26/02/1999Sumario – Acciones Recomendadas
31/08/1999ANALISIS: La Sociedad Civil: el tercer actor en disputa
La consulta nacional ‘por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y por el fin de la Guerra de Exterminio‘ promovida por el EZLN y grupos de la sociedad civil ha sido uno de los eventos mĂĄs significativos desde el principio del año. Ha permitido al EZLN romper con el cerco militar, polĂtico e informativo que parecĂa caracterizar su posiciĂłn en los Ășltimos tiempos.
A nivel polĂtico, fue una manera de retomar la iniciativa en el estancado proceso de paz. El cerco militar fue roto por la salida de sus comunidades de 5.000 delegados zapatistas que difundieron la consulta sin que el EjĂ©rcito mexicano les hubiera obstaculizado significativamente, mientras el cerco informativo fue abierto por las actividades de dichos delegados en todos los rincones del paĂs.
Es la primera vez que los zapatistas consiguieron extender su movimiento a todos los estados de la NaciĂłn, logrando relacionarse con sectores sociales hasta la fecha bastante lejanos de la realidad chiapaneca (desde los trabajadores, pasando por los jĂłvenes e incluso con empresarios). Una movilizaciĂłn tan plural y amplia parece ilustrar que, en contra de lo que se dice en varios medios de comunicaciĂłn, el tiempo no ha desgastado los apoyos ciudadanos al zapatismo ni ha aislado su movimiento. Evidencia tambiĂ©n el compromiso de muchos actores de la sociedad civil en la bĂșsqueda de la paz. Han invertido muchos recursos en esta iniciativa, aun cuando la crisis econĂłmica (y cuando el paĂs cuenta con mĂĄs de 40 millones de pobres) invitarĂa a mayor individualismo. De hecho, esta dificultad, tanto econĂłmica como de acceso a los medios masivos de comunicaciĂłn resalta aĂșn mĂĄs el valor de este esfuerzo de organizaciĂłn y de participaciĂłn.
Su significado podrĂa ser transcendente en el sentido de una nueva forma complementaria de hacer polĂtica en donde la consulta directa al pueblo pueda contribuir a la determinaciĂłn de leyes y cambios constitucionales. Los resultados de la consulta constituyen un claro mensaje a los posibles candidatos presidenciales para el año 2000: el conflicto chiapaneco tendrĂĄ que ser parte de su agenda polĂtica. Y mientras tanto, aunque los resultados de la consulta no tienen carĂĄcter de obligaciĂłn legal, representa un llamado a los legisladores de todas las fracciones parlamentarias, al revalorizar la propuesta de cambios constitucionales de la COCOPA (que no ha sido presentada al Congreso de la UniĂłn).
El reacomodo de fuerzas polĂticas en el marco de la preparaciĂłn de las elecciones presidenciales en el 2000 y, aunque por el momento, los partidos polĂticos parecen mĂĄs bien en otro carril podrĂa repercutir en la resoluciĂłn potencial del conflicto chiapaneco. La conformaciĂłn de nuevas alianzas entre ciertos actores polĂticos seguramente modificarĂa la correlaciĂłn de fuerzas en el Congreso.
Varios analistas polĂticos piensan que, hasta las elecciones del 2000, no se van a dar cambios en la polĂtica del gobierno Zedillo en cuanto al conflicto chiapaneco. SegĂșn ellos, se tratarĂĄ a lo sumo de ‘administrarlo‘. Mientras se siguen escuchando mensajes de paz tanto de parte del gobierno federal como de las autoridades estatales, muchas de sus acciones parecen encaminadas a generar mayor conflictividad.
En efecto, el Gobierno del estado parece haber optado por buscar solucionar el conflicto por medio de leyes que excluyen al EZLN del panorama polĂtico o intentan restarle importancia. Dichas iniciativas se dieron en fechas que empataban con la realizaciĂłn de la consulta zapatista y se vieron reforzadas por el Poder Ejecutivo Federal a travĂ©s de una serie de visitas del presidente Zedillo al estado.
Un primer ejemplo de esta tendencia ha sido la ley de ‘AmnistĂa para el desarme de los grupos civiles en Chiapas’. Varias crĂticas se hicieron en cuanto a esta iniciativa: segĂșn algunos, no hay condiciones para una amnistĂa; para otros, no resulta claro quiĂ©nes todavĂa caben dentro del marco de esta ley cuando excluye al EZLN y a organizaciones civiles con estructura, adiestramiento o disciplinas similares al EjĂ©rcito (esta Ășltima parte acercĂĄndose mucho a una definiciĂłn de lo que es un grupo paramilitar). Por otra parte, el gobierno estatal ha organizado mĂșltiples reuniones en toda la entidad para promoverla, generando aĂșn mĂĄs confusiĂłn.
Las crĂticas mĂĄs fuertes denuncian que esta ley solamente es parte de una campaña de propaganda que quiere mostrar que el gobierno estĂĄ trabajando en resolver el conflicto o que sĂłlo el EZLN, al no querer desarmarse, estĂĄ obstaculizando su resoluciĂłn.
Otro ejemplo mĂĄs reciente es la propuesta de ley estatal sobre Derechos y Cultura IndĂgena. Nuevamente, las crĂticas fueron muy fuertes al verse como una forma mĂĄs de obstaculizar al EZLN en su demanda de cumplimiento de los Acuerdos de San AndrĂ©s en base a la propuesta de la COCOPA. Cabe recordar que ya existen dos iniciativas de cambios constitucionales mĂĄs: una del gobierno Zedillo, y otra del PAN. Se puede pensar que, de ser aprobada la iniciativa de ley indĂgena ya propuesta por el gobierno Zedillo el año pasado (aprovechando de su mayorĂa en el Congreso) o la del PAN, no se solucionarĂa el conflicto. La iniciativa estatal tampoco puede generar muchas expectativas. DifĂcilmente se resolverĂĄ el conflicto de manera unilateral, sin la participaciĂłn de los zapatistas y de todos los actores.
Otra manera de restarle espacios polĂticos al EZLN pasa por la aprobaciĂłn prĂłxima de nuevos municipios en el marco de la remunicipalizaciĂłn del Estado, asĂ extendiendo el control de las autoridades estatales sobre las comunidades indĂgenas. AsĂ se podrĂan generar nuevos conflictos ya que conduce al establecimiento de los centros de poder en bastiones priĂstas, fuera de toda lĂłgica geogrĂĄfica.
Por otra parte, el desalojo del Consejo municipal autĂłnomo de los edificios municipales en San AndrĂ©s LarraĂnzar, lugar altamente simbĂłlico al ser la sede de los diĂĄlogos de paz, se ve como un elemento mĂĄs dentro de una estrategia que busca contrarrestar el desarrollo de los municipios autĂłnomos zapatistas. Sin embargo, no queda claro lo que llevĂł al gobierno estatal a retirarse sin mayores problemas cuando ciertamente el EZLN podrĂa aprovechar del respaldo que obtuvo en la consulta para seguir avanzando con su proyecto de autonomĂa.
Todas estas iniciativas fueron ampliamente cubiertas por los medios de comunicaciĂłn, junto con una campaña de propaganda bastante exitosa, cuyo objetivo era desacreditar al EZLN. Eso se dio a travĂ©s de fuertes crĂticas de distintos miembros de los gobiernos estatal y federal a la consulta nacional, y, de manera mucho mĂĄs ‘espectacular‘, a travĂ©s de la entrega de armas de supuestos milicianos del EZLN al gobernador de Chiapas. Resulta que dicha entrega fue previamente arreglada: los desertores ya no eran zapatistas desde por lo menos 1995 o nunca lo habĂan sido y se les dejĂł pasar varios retenes donde se aplica la ley de armas de fuego y explosivos para poder llegar al evento. En fin, parece contradictorio que el gobierno del estado haya aceptado la entrega de armas a cambio de herramientas productivas cuando su propuesta de ley de amnistĂa y desarme no incluye a los zapatistas (se encuentran protegidos por la Ley del DiĂĄlogo).
Al fin y al cabo, ambas partes siguen buscando trasladar a la otra parte la entera responsabilidad por el estancamiento del proceso de paz. En su nuevo plan para el diĂĄlogo entregado a la COCOPA en enero, el gobierno dice querer un diĂĄlogo directo con el EZLN y lo considera intransigente; se muestra abierto a una mediaciĂłn nacional, que tenga prestigio nacional, que sea discreta y profesional. Esta opciĂłn se ve poco realista cuando el EZLN se niega a dialogar sin el cumplimiento de las cinco condiciones planteadas en 1996, pasando en primer lugar por la implementaciĂłn de los acuerdos ya firmados.
En el meollo de la disputa, se encuentra la sociedad civil. Conforme se acercan tiempos electorales, son el centro de atenciĂłn de los partidos polĂticos. Para el EZLN, resulta ser el Ășnico elemento que pueda destrabar una situaciĂłn por otra parte estancada asĂ como cada vez mĂĄs compleja y conflictiva.