ENFOQUE: Preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos – “Reunión para la justicia y la verdad”
21/02/2014ACTIVIDADES DE SIPAZ (De mediados de noviembre de 2013 a mediados de febrero de 2014)
21/02/2014“Ante el poderío de las empresas trasnacionales y de los gobiernos cómplices y aliados de las mismas, (…) es necesario que tengamos el valor de plantarnos ante ellos…”
«SUEÑA, QUE CON AMOR
CUIDAMOS ESTA TIERRA,
SUEÑA QUE AL FIN PARAMOS
DE DESTRUIRLA
SUEÑA QUE UN MUNDO NUEVO ES POSIBLE SUEÑA
UNA NUEVA CREACION.
LUCHA, QUE AL FIN LOS GRANDES
DE ESTE MUNDO ENTIENDAN, LUCHA
IMPORTA MAS LA VIDA QUE EL DINERO,
LUCHA QUE SOMOS PARTE DE ESTA TIERRA,
LUCHA SI ELLA MUERE MORIRAS».
Canto en el Congreso de la Madre Tierra
En enero de 2014 se celebró el Congreso Pastoral de la Madre Tierra convocado por la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Este congreso se realizó en el marco de la conmemoración del Congreso Indígena de 1974, que implicó un antes y un después, tanto para la historia de la diócesis como en la vida de los pueblos originarios de esta región. El Congreso de la Madre Tierra también coincidió con el tercer aniversario luctuoso de jTatik Samuel Ruiz García.
El Congreso Indígena se realizó el 14 de octubre de 1974, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, con motivo de los 500 años del nacimiento de Fray Bartolomé de Las Casas, primer obispo católico en la zona y reconocido como «Defensor de los Indios». En aquel entonces, fue un congreso de indígenas para los indígenas. Participaron en el proceso unos 250.000 indígenas, bajo el impulso del jTatik Samuel (padre Samuel en lenguas autóctonas), Samuel Ruiz García siendo en ese momento, obispo de la diócesis de San Cristóbal. Por primera vez, tsotsiles, tseltales, tojolabales, choles se conocieron y se dieron cuenta que enfrentaban las mismas problemáticas de marginación económica, política y social. Dio pie al surgimiento de diferentes organizaciones indígenas y campesinas como la Quiptik, la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC), la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ) y, posteriormente, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La tierra fue tema céntrico en ambos congresos, ya que, si bien han cambiado algunos aspectos de las vidas de las comunidades indígenas, muchos problemas subsisten. El objetivo del Congreso pastoral organizado este año fue planteado bajo estos términos: «Ante la creciente agresión y destrucción de nuestra Madre tierra e inspirados en la palabra de Dios, el Magisterio de la Iglesia, los Pre-Congresos diocesanos y el Congreso Indígena: compartir la situación y realidad de la Madre Tierra hoy y las experiencias que se están dando en su cuidado y defensa; identificar los retos que esta realidad nos presenta y plantear acuerdos y acciones que promuevan la defensa y cuidado de nuestra Madre Tierra generadora de vida en abundancia».
En el evento participaron alrededor de un millar de personas provenientes de distintas parroquias del estado de Chiapas, así como invitados de otros países del continente, como el obispo de la Patagonia, Argentina, quien compartió su reflexión sobre el tema «Recursos energéticos, mega-proyectos y agua». El obispo de Huehuetenango, Guatemala, Álvaro Ramassini habló del movimiento en contra de la minería en su zona pastoral.
El análisis de la realidad permitió la identificación de nuevos problemas ambientales como la tala, la deforestación, la erosión de la tierra, los incendios forestales, la seca de ríos y arroyos, los proyectos mineros y sobre todo la construcción de carreteras. En las comunidades, proyectos gubernamentales con corte asistencialista y mega-proyectos suelen ser considerados como proyectos de muerte por su impacto que atenta a la vida, la unidad y la capacidad organizativa. Se denunció además que no se les consulta aunque según los tratados internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es obligación del gobierno. También se vio que se ha avanzado muy poco en la equidad entre hombres y mujeres. Algunas de ellas comentaron: «Nosotras también tenemos la tarea de ir construyendo el reino de Dios». También se subrayó que se han agudizado problemas generacionales limitando la participación de los jóvenes. Se realizaron mesas específicas para estos dos grupos, más vulnerables en más de un sentido.
En el documento que sistematizaba los pre-congresos que se realizaron el año pasado en todas las zonas pastorales de la diócesis se planteaba: «La situación de crisis que estamos viviendo la podemos comparar con un gran incendio. Con las medidas que se han tomado durante estos cinco años (millones de millones de dólares invertidos para rescatar los bancos y las grandes empresas) sólo sirvieron para intentar apagar un fuego que rebrota por todas partes. Pero después habrá que revisar la casa y ver los daños causados; ver lo que se necesita para reconstruirla; analizar si las estructuras sirven o si hay que rehacerla desde los cimientos. Y hay que pensar bien cómo queremos reconstruir la casa».
Entre los acuerdos asumidos por los asistentes al Congreso se encuentran los de concientizar a familias y comunidades sobre los problemas existentes, organizar a las comunidades para el cuidado y defensa de la Madre Tierra, buscar la unidad por encima de diferencias políticas, ideológicas o religiosas, y articular y reorganizar todas las áreas pastorales para cumplir con los compromisos del Congreso. Asimismo, se acordó el detener a las empresas mineras y a las políticas públicas gubernamentales que afecten negativamente a los intereses de las comunidades: «Nos oponemos a los mega – proyectos y a la explotación minera depredadora. Nos oponemos a las reformas estructurales propuestas por el gobierno que promueven los intereses de las clases dominantes en perjuicio del pueblo. Nos pronunciamos en contra de estos más de veinte años de reformas agrarias de corte neoliberal, que no nos han tomado en cuenta como pueblos indígenas, comunidades campesinas y como nación».