ENFOQUE: Guerrero, Herida Abierta
25/02/2022Actividades de SIPAZ (De mediados de mediados de noviembre de 2021 a mediados de febrero de 2022)
25/02/2022“Estoy convencido de que se puede volver a mirar a Chiapas con esperanza si logramos converger desde todos los sectores construyendo una sociedad en que haya lugar y paz y futuro y armonía para todas y todos”
A l hablar de derechos humanos en Chiapas, y en especial, de la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, es imposible no evocar la gran labor del obispo Samuel Ruiz García. Su legado sigue siendo hasta el día de hoy un referente y una fuente de inspiración para quienes caminan en la lucha por la dignidad de los pueblos.
En su caminar, Jtatic Samuel no estuvo solo, uno de sus grandes compañeros fue el fraile dominico Gonzalo Ituarte Verduzco, con quien compartía ideales y a quien el pasado diciembre le fue entregada la medalla Fray Bartolomé de las Casas como reconocimiento a “su amplia experiencia y visión en los procesos de construcción de paz en diversos ámbitos y su acompañamiento en diferentes acontecimientos en Chiapas por más de 40 años.”
En la ceremonia que se llevó a cabo en el Teatro Daniel Zebadúa, en San Cristóbal de las Casas, Fray Gonzalo Ituarte dio un sentido discurso en el que comenzó por recordar los inicios de su trabajo en Chiapas junto al obispo Samuel García.
“Cuando en el siglo XX (…) llegamos a Chiapas, vimos que los indios morían antes de tiempo, vimos que la marginación, el racismo, el aislamiento y la explotación de los indios no tenían justificación alguna, pero también vimos a los pueblos organizándose, particularmente a partir del Congreso Indígena de 1974 y también vimos algunas autoridades e instituciones esforzándose por transformar esa situación injusta; y emergían organizaciones civiles y políticas ante los muchos retos que esa realidad planteaba; por ahí andaban DESMI, INAREMAC, CHILTAK y muchas más.”
Continuó describiendo cómo fueron respondiendo ante el contexto y las necesidades que este exigía, el cual los llevó a la creación de organizaciones de la sociedad civil que actualmente siguen trabajando y son parte de su legado.
“Y nos reunimos en Asambleas Diocesanas para discernir los caminos. Y las mujeres tomaron la palabra y se organizaron en la Coordinación Diocesana de Mujeres (…) Y vimos la irrupción de decenas de miles de refugiados guatemaltecos, y les reconocimos como hermanas y hermanos, y nos despertó más la consciencia; y entonces Don Samuel hablaba de los Derechos de los Pobres. Y en el camino aprendimos a valorar la perspectiva de los Derechos Humanos y el jTatik Samuel nos lanza a crear el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas; y fue con personas valiosas de esta Ciudad que pudo arrancar ese proyecto, que sigue vivo y sirviendo. Y vimos situaciones de emergencia y respondimos con Cáritas de San Cristóbal; y ante la situación de niñas y niños indígenas en esta ciudad, acudimos con Melel Xojobal; y ante el levantamiento del EZLN nos pusimos en medio con la Comisión Nacional de Intermediación; y ante el conflicto armado no resuelto y la conflictividad continuada en Chiapas y el país, fue necesaria Servicios y Asesoría Para la Paz; y ante las numerosas personas migrantes concurrimos con Servicio Pastoral a Migrantes.”
Siguió con una dura descripción del contexto actual, con una radiografía de lo que pasa en Chiapas que muchos ven, pero pocos se aventuran a desmenuzar de forma tan puntual.
“En este siglo XXI, después de breve ausencia, vuelvo a Chiapas y la veo desde el cristal de San Cristóbal de Las Casas y ¿qué veo?
Veo:
Miedo
Inseguridad
Violencia
Disputa de territorios urbanos con grupos armados
Motonetos y jóvenes tentados de unirse a la delincuencia
Crimen organizado y desorganizado; y también crimen politizado
Y balazos y secuestros y amenazas y asesinato de un fiscal y de gente buena
Y despojo de propiedades
Destrucción de humedales
Contaminación de ríos y manantiales secos
Devastación de bosques y montañas
Una ciudad sedienta, mientras la reserva de agua profunda se vuelve mercancía
Una ciudad amenazada de muerte si no se actúa rápido y bien.
Veo una sociedad fracturada,
Mujeres violentadas
Veo víctimas de la trata de personas
Encuentro maltrato a niñas y niños trabajadores
Creciente brecha generacional
Vocación de Villa Viciosa con antros y cantinas
Tráfico y desgracias por las drogas y el narcotráfico
Veo también, Organizaciones dispersas
Desconfianza ante las instituciones y autoridades
Partidos que parten
Consumismo estéril
Individualismo que aísla
Crecimiento urbano anárquico y suicida
Migrantes rechazados y criminalizados.”
“Veo Criminales que creen que no los van a detener
Veo amenazas, difamaciones y secuestros contra defensores de los Derechos Humanos y contra Ecologistas defensores del medio ambiente.
Temor de salir a carretera, por los bloqueos, extorsiones y asaltos.”
Después de detallar la convulsa realidad en todas sus dimensiones, continuó su discurso con un mensaje de esperanza en el cual habló sobre las oportunidades que observa de recuperar la paz y hacer de Chiapas un lugar en el que sea posible la vida.
“Tengo esperanza y creo que es posible caminar en armonía, cediendo ante el interés común, para que sea posible el interés particular.”
“Es claro que no habrá turismo si no hay tranquilidad, que no habrá vida si no hay agua para todos, no habrá confianza si no se aplica la ley con justicia, no habrá cohesión social si no se descubre que esta ciudad, (y municipio, y Chiapas) es de todas y todos.”
Finalmente, se dirigió a los representantes de la sociedad civil, la academia y de los tres niveles de gobierno que acudieron a la entrega de este reconocimiento, haciendo un llamado para encontrar la manera de trabajar en conjunto y lograr superar la situación en que se encuentra sumido el estado de Chiapas.
“En realidad mi invitación es a asumir la grave realidad que vive este municipio y nuestro Estado y convocar a todas y todos los aquí presentes a sumar fuerzas y voluntades para superar esta situación y hacer posible que esta ciudad y sus comunidades rurales, y todo el Estado de Chiapas sea un espacio de paz, donde la gente pueda vivir, donde el bien común se anteponga a los intereses particulares, sin menospreciarlos.”
“La tarea fundamental es buscar nuevas respuestas para obtener buenos resultados y no repetir las recetas de antes que nos llevaron a esta circunstancia tan grave.”
“Está en nuestras manos, muchas gracias.”
Con este breve pero profundo discurso es posible entender la complejidad de la realidad chiapaneca, una historia marcada por el despojo, la explotación, la marginación, el racismo, el clasismo y la violencia hacia los pueblos indígenas. Pero también, una historia de lucha y resistencia que han acompañado y en la que han dejado huella personajes entrañables como Jtatic Samuel y el Fraile Gonzalo Ituarte Verduzco.