ENFOQUE: Violencia hacia las mujeres – “En México olvidan castigar a los responsables”
26/11/2013ACTIVIDADES DE SIPAZ (De mediados de agosto a mediados de noviembre de 2013)
26/11/2013«Todos los derechos se los llevó la lluvia» – integrante de una organización civil en Guerrero
El estado de Guerrero estuvo incomunicado varios días -e incluso, en algunas zonas durante semanas o meses-, debido a las inundaciones provocadas por las tormentas ‘Manuel‘ e ‘Ingrid‘, producidas los días 14 y 15 de septiembre, respectivamente. Más de 100 personas perdieron la vida durante ese fin de semana y varias siguen desaparecidas. Miles de personas en todo el estado perdieron sus casas, siembras y pertenencias. Fue notable la diferencia entre la atención inmediata a las zonas urbanas y las rurales. El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, por ejemplo, visitó la ciudad de Acapulco el día siguiente al contingente, mientras que la atención en zonas rurales tardó días, e incluso semanas, en iniciarse. Sobre todo en la zona de la Montaña, hubo afectaciones graves: dos meses después del desastre hay comunidades que siguen incomunicadas por carreteras y caminos que simplemente desaparecieron, y la ayuda del gobierno sigue en espera. Es de prever que haya escasez de alimentos en la zona, por la pérdida de las siembras y la falta de ayuda inmediata (y de largo plazo), por parte de las autoridades.
Según un informe de Protección Civil de Guerrero del 26 de septiembre, sólo en la zona de la Montaña las cifras oficiales reportan 33 personas muertas. Sin embargo, de acuerdo con los testimonios recabados por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, 42 personas fallecieron, entre hombres y mujeres, sin contar a las y los desaparecidas/os. El 18 de septiembre, Tlachinollan denunció que en la zona de la Montaña «al perderse la cosecha del maíz sembrado para la autosubsistencia en este ciclo agrícola, la mayoría de las comunidades de la región enfrentarán en el futuro inmediato una preocupante escasez de alimentos. Aunado a ello, las viviendas han sido arrasadas en muchas comunidades. La garantía de los derechos humanos a la alimentación y a la vivienda digna mediante acciones emergentes, en este contexto, resulta urgente». Para muchas familias la única opción viable sería la migración temporal en búsqueda de trabajo e ingresos.
En octubre, Tlachinollan informó que casi un mes después de las tormentas Ingrid y Manuel, más de mil habitantes de la región de la Montaña habían dejado sus hogares por haber perdido sus cultivos de maíz, frijol, plátano y café, y habían emigrado al norte del país para trabajar de jornaleros agrícolas. Según el subsecretario de Desarrollo Social, Javier Guerrero, el 80% de los cultivos en la zona fueron devastados por las severas lluvias de las tormentas. En un comunicado, Tlachinollan destacó el 20 de octubre que el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña de Guerrero (CJAM) registró entre el 27 de septiembre y el 12 de octubre la salida de cerca de mil personas que migraron desde la Montaña para emplearse de jornaleros agrícolas en Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur y Chihuahua, entre otros estados. Sin embargo, también puede resultar complicado encontrar trabajo en los campos agrícolas en los estados del norte, ya que varios resultaron afectados igualmente de gravedad por las lluvias del 14 y 15 de septiembre.
Desde la zona de la Montaña misma, las comunidades también se han esforzado para mejorar su situación inmediata. Unas dos semanas después de las tormentas, pueblos indígenas de la Montaña formaron el Consejo de Autoridades de Comunidades Afectadas por la Tormenta, que corresponde con la voz de los pueblos afectados. Abel Barrera, director de Tlachinollan señaló que los y las integrantes del consejo insistirán en que no los excluyan de la toma de decisiones. Sin embargo, la atención a los pueblos afectados se hace esperar, según la Comisión Intersecretarial de Atención y Apoyo a Jornaleros Agrícolas Migrantes, debido a la falta de un plan integral de atención, al retraso en la liberación de recursos y a la falta de coordinación interna. A dos meses de las tormentas, los habitantes de la Montaña de Guerrero están lejos de un retorno a la normalidad: no solo pasan hambre, sino que tampoco se empezó la reconstrucción de las casas, no hay medicinas, y no hay apoyo de ninguna autoridad.
Donaciones para ayudar a las y los damnificadas/as:
A nombre de: Tlachinollan grupo de apoyo a los pueblos indios de la Montaña a.c.
Número de cuenta bancaria: 4602197668 (Banamex)
Clave interbancaria: 002281460201976688