ENFOQUE: Violencia, una marea de luna llena en Chiapas
27/11/2021Actividades de SIPAZ (De mediados de agosto a mediados de noviembre de 2021)
27/11/2021
E l escenario de violencia en Chiapas y sus diversos elementos de complejidad, se han colocado en la mirada pública de manera alarmante en los últimos meses a pesar de estar presentes desde hace décadas (sino es que siglos). Este contexto afecta con especial tenacidad a las mujeres, entre otros grupos en situación de vulnerabilidad como las personas migrantes, las personas indígenas, las disidencias sexuales, por mencionar algunos.
En Chiapas casi un tercio de la población pertenece a un pueblo indígena y tres cuartos viven en condiciones de pobreza. Este contexto, frecuentemente, genera las condiciones para la tormenta perfecta: un alto número de mujeres no solo tienen que enfrentar la profunda brecha de género, sino también la discriminación estructural por ser indígenas, y la segregación histórica que las mantiene en condiciones de marginación.
Sin embargo, a pesar de los duros embates de la violencia sistémica, existen varios núcleos de organización que resisten y se enfrentan a estas estructuras. Muchos liderados por mujeres valientes que toman la palabra y llevan a cabo un sinfín de acciones en contra de la violencia de género, los megaproyectos, la inseguridad y las diversas causales de la ruptura del tejido comunitario.
Un ejemplo de estos espacios de acción y reflexión es el Movimiento en Defensa de la Tierra, el Territorio y por la Participación y el Reconocimiento de las Mujeres en la Toma de Decisiones, el cual tuvo su XIIIa Asamblea el 13 de noviembre en Acteal, Chenalhó.
A dicho encuentro acudieron 157 mujeres, representantes de colectivos de las zonas: Costa, Zoque, Los Altos, Bachajón, Palenque y Selva. Las lenguas presentes fueron el zoque, el tzeltal, el ch’ol y el tsotsil. A estos colectivos los acompañaron organizaciones de la sociedad civil y periodistas, entre los que se encontraban el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas (CDMCH), Médicos del Mundo, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el Movimiento Sueco por la Reconciliación (SweFOR) y el Servicio Internacional para la Paz (SIPAZ).
El valor de este espacio de articulación radica en gran parte en su carácter horizontal, el cual promueve el intercambio y la resonancia entre las distintas comunidades y regiones, quienes al escuchar las distintas problemáticas que enfrenta cada una, pueden encontrar similitudes y puntos de apoyo; mientras que, al identificar las diferencias, construyen perspectiva y provocan la búsqueda de soluciones conjuntas. De igual manera es un espacio que promueve el diálogo intergeneracional, intra e inter comunitario, además de estar proyectado para continuar en el futuro de forma autogestiva.
El centro del encuentro giró en torno al análisis del contexto de cada región. Destacaron las problemáticas vinculadas a: megaproyectos, militarización, COVID-19, violencia de género y programas de gobierno.
En este sentido las compañeras de Palenque comentaron que “el gobierno sigue avanzando con sus proyectos, como el Tren Maya. No sabemos qué va a pasar con los que viven cerca de las vías del tren. Algunos piensan que fuera para su bien, pero no es así.” Varias mujeres, como las de la zona Zoque llevan más que 40 años de lucha contra la minería, como explicaron “no solamente es la minería, también otros megaproyectos, como la explotación petrolera, las hidroeléctricas, el geoparque y las prácticas de monocultivo están invadiendo nuestros territorios”. Y destacaron “a nosotras, las mujeres, nos falta el derecho a la tierra”. Explicaron como los megaproyectos y el extractivismo contaminan la tierra, el agua y el aire, y los efectos negativos sobre la salud de las comunidades. “Nosotras demandamos el buen vivir, no queremos contaminación y por eso tampoco usamos químicos ni fertilizantes.”
Además, señalaron la deforestación como causa de escasez de agua e infertilidad de la tierra: “(l)os monocultivos de palma aceitera destruyen nuestra biodiversidad, contaminan y agotan las fuentes de agua, erosionan nuestro suelo, causan desplazamiento forzado, son implementados como instrumento de acaparamiento de tierras y territorios, transgrediendo nuestros derechos humanos fundamentales, aceleran la pérdida de soberanía alimentaria y de los conocimientos tradicionales que las mujeres tenemos para la producción de alimentos y la preservación de semillas”, explica el Pronunciamiento de las Mujeres frente a los monocultivos de Palma Aceitera (Agua y Vida, 2021). Estos proyectos son impuestos sobre los territorios de comunidades indígenas en el Sureste de México sin consulta previa y sin dar información de lo que ocasionan a la tierra. Todo esto genera violencia, criminalización sobre los territorios y los cuerpos de las mujeres. Así mismo los monocultivos rompen ciclos naturales, los círculos cortos de intercambio de productos locales y provoca una fuerte pérdida de identidad que se transforma en migración, alcoholismo y violencia intrafamiliar que trastoca las vidas (Agua y Vida, 2021).
Las exposiciones de las mujeres estuvieron acompañadas de mantas, “mantas de denuncia, para que también se escuchen nuestras voces desde el bordado”, en donde quedaron plasmadas las expresiones de la realidad que se viven en su comunidad. En varias comunidades se señalaron el alcoholismo, el consumo de drogas y la violencia contra las mujeres como las principales problemáticas. En este marco se mencionó el programa Sembrando Vida por provocar un aumento del consumo de drogas y alcohol lo que también impacta en el aumento de la violencia de género. “Aparte genera divisiones internas en las comunidades porque algunos quieren el programa y otros, no. Por lo mismo, algunas comunidades tienen dos comisariados”.
Hicieron mención de la militarización como detonante del aumento en la violencia contra las mujeres. Finalmente, pudo identificarse un mensaje que resonaba en todas las comunidades: “No queremos más violencia, queremos justicia”.
El Movimiento en Defensa de la Tierra, el Territorio y por la Participación y el Reconocimiento de las Mujeres en la Toma de Decisiones, es un espacio de tierra firme para construir realidades más justas. Una fuerza importantísima del cambio social que apremia en Chiapas es esta, que viene de la unión de distintas voces y experiencias, resistiendo y empujando las barreras de la violencia y la arbitrariedad cada vez más lejos.