Desde su toma de posesión en enero, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha firmado un sinfín de órdenes ejecutivas, varias de ellas con fuertes impactos inmediatos o potenciales a nivel mundial y, en particular, en México.
En los últimos años, debido a su ubicación geográfica que conecta el norte con el sur del continente americano, Chiapas se ha convertido en un territorio en disputa por parte de diferentes grupos criminales, lo que ha implicado un aumento alarmante de la violencia en el estado ante la que toda la población se encuentra vulnerable.
Desde hace algunos años, diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y colectivos de familias buscadoras han estado documentando y denunciando la crisis de desapariciones en México. En 2023, se destacó con asombro la alarmante cifra alcanzada de 100 mil personas desaparecidas; actualmente, esa cifra supera las 116 mil.
En marzo, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Volker Türk, dijo que el proceso electoral en puerta en México “debe salvaguardarse de la violencia”.
Los días 9 y 10 de enero se llevó a cabo en la Ciudad de México la denominada Xª Cumbre de líderes de América del Norte. Previo al encuentro, diversas organizaciones civiles de los tres países enviaron una carta a los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá solicitando se pusieran sobre la mesa “las crisis más urgentes de nuestro tiempo: violencia armada, destrucción del medio ambiente y la criminalización de la migración”.